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lunes, 12 de agosto de 2013

Laos

Nuestra primera impresión de Laos fue muy buena, la gente tiene un estilo de vida mucho más tranquilo que en Tailandia. No te están todo el día encima para que les compres algo o que te tomes su taxi, ellos simplemente están ahí, a la espera de que alguien quiera usar sus servicios. Otra cosa que nos encantó de Laos fue la simpatía de la gente, todo el mundo te sonríe y te saluda. Nos dio la impresión de que así sería Tailandia años atrás cuando no estaba tan bombardeada por el turismo y el consumismo.


Nuestra primera experiencia de la vida Laosiana fue tomarnos nuestro primer bus. El bus era una vieja van media destartalada. Parecía muy chica para la cantidad de gente que supuestamanete iba a viajar ahí. Nosotros estábamos un poco preocupados de tener que ir parados todo el viaje a pesar de que, según el ticket, teníamos un siento asignado. Quince minutos antes de la hora de partida nos subimos a asegurarnos de tener un asiento ya que veíamos que el resto de la gente hacía lo mismo. El bondi era una locura, la gente venía y se sentaba en cualquier lado, todos hablando entre ellos (a los gritos algunos) y pasándose cajas y bolsos, nosotros no entendíamos nada de lo que estaba pasando. Un rato después una mujer vino a poner orden y a controlar los tickets y los asientos y sacó a un par de personas que estaban ocupando lugares que no debían.
A todo esto, arriba del techo de la van, el conductor acomodaba y desacomodaba el equipaje de los pasajeros, entre ellos unas pobres gallinitas, a medida que la mujer hacía subir y bajar gente. Finalmente cuando estábamos todos dentro puso un toldo sobre el equipaje y lo ató.
Antes de venir a Laos habíamos leído en la guía que hablaban de la hora Laosiana y finalmente lo comprendimos. Acá la gente no tiene apuros, se toman las cosas con calma. Entre tanto preparativo el bondi ya llevaba 30 min de retraso.




El viaje no estuvo tan mal, nos imaginábamos algo mucho peor. Habíamos leído que las carreteras eran bastante malas, con muchas curvas y que había mucho polvo, ya que en este ómnibus no había AC, simplemente ventana abierta, pero no fue tan grave.          
Lo malo del viaje comenzó cuando el conductor puso un CD de compilados de canciones Laosianas, a todo volumen. Eso sí fue una tortura para nosotros, al resto de la gente, parecía no importarle. La música es como un Pop romántico y algunas más movidas, una mezcla de Pop y música tradicional, todas las canciones son medias parecidas. No sabemos cuántas horas pasamos escuchando eso, hasta que en un momento paró, por suerte.            
El resto del viaje estuvo bastante bien. Lento, relajado, al estilo Laosiano. Paramos un par de veces por accidentes de camiones en la ruta y una vez para ir al baño. Hicimos un poco menos de 200km en aprox 4 horas. No estuvo tan mal.
La verdad toda una experiencia viajar en un bus local.

Nuestras experiencias en autobuses  siguieron a lo largo del viaje, ya que es el único medio de transporte terrestre. Siempre anduvimos en autobuses locales ya que es más barato y te acerca más con la gente y su cultura. Creo que eramos siempre los únicos extranjeros en el autobús, ya que los turistas prefieren viajar en autobuses vip o mivians. Después de un par de experiencias aprendimos y nos compramos unos tapones de oído y un tapabocas.


Nuestra primera parada fue Luang Namtha, una ciudad al Norte de Laos, bastante cerca de China. La ciudad nos resultó muy linda, no por sus construcciones ni nada, la verdad que no tiene nada en especial, salvo un mercadito nocturno y las montañas que la rodean. Pero la gente es tan relajada que dio gusto estar ahí. A diferencia de Chiang Mai, no se ve casi ningún turista, y los que estaban, estaban igual de relajados que los locales. Sera que  no se puede salir mucho de fiesta porque hay toque de queda a las 11. Los días ahí los pasamos recorriendo sus alrededores en bicicleta, visitando distintos poblados y cascadas.






Luego seguimos nuestro camino rumbo al Sur, con intenciones de ir a Luang Prabang. La gente y las guias de viaje habían hablado muy bien de ella, pero personalmente a nosotros no nos gustó mucho. Era demasiado turística para nuestro gusto. Todo el mundo haciendo lo mismo, yendo a los mismos lugares, que aunque algunos eran lindos, no se podían disfrutar tranquilamente por la cantidad de gente. Sentíamos la necesidad de hacer algo más productivo que ser un turista más en Laos.






Así fue como llegamos a Organic Farm Vang Vieng. Un poco más al Sur de Luang Prabang se encuentra Vang Vieng, también muy turística, famosa por el tubbing. La granja estaba bastante lejos del centro turístico, pero igual era bastante accesible en bici. Lo más interesante de allí para nosotros fueron los animales, en especial las cabras. Todas las mañanas ayudábamos a limpiar y ordeñarlas. También aprendimos a hacer queso. Aparte de la granja, el dueño tiene un proyecto que se llama EEFA : Equal  Education For All, un programa de educación para los niños de la ciudad y aldeas vecinas. Agunos de sus proyectos son construir escuelas, centros comunitarios y organizar clases de inglés para niños y adultos. Allí ayudamos a dar clases de inglés a los niños. Lamentablemente solo pudimos ayudar dos días en las clases por cuestiones de tiempo, pero fue una experiencia super linda.  








Nuestra última parada fue Vientiane, la capital, donde empezamos con nuestros preparativos para cruzar a Vietnam.


Para más información sobre Organic Farm Vang Vieng: http://www.laofarm.org/
Para más información y/o colaboración con EEFA: http://www.eefalaos.org/

1 comentario:

  1. Hola que lindo todas las vivencias que estan pasando y conociendo tantas culturas tan diferentes se imagina el 121 con gallinas en los techos que loco no . bueno solo decirles que los quiero mucho y sigan creciendo jutos beso grande el manu

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