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martes, 3 de septiembre de 2013

Adictos al plástico



La cultura de los cuatro países que hemos visitado hasta ahora, es muy diferente a lo que estábamos acostumbrados. Pese a que son distintas, todas comparten ciertas características que hace (a veces) que todo parezca lo mismo.
 

Por ejemplo, el querido tuktukero, que cualquier persona que haya estado por estos lados del mundo no se va a olvidar de ellos,  con su discurso más que conocido -“Hello my friend, where you go?” “Do you want tuk tuk?” “Hellooo friend.” “tuk-tuk”
Las empleadas de casas de masajes que esperan en la puerta a que pasen los turistas para empezar con sus aullidos -“Masaaaa” “Hello sir massaa” “Hello lady, you want foot masaaa”  Iguaito hacen los empleados de restaurantes, vendedores callejeros, peluqueros, etc agregando el clásico -"Cheap cheap” “Discount for you” .
Hemos probado muchas estrategias pero la mas efectiva para que no te persigan es evitar el contacto visual.
El infaltable e insoportable karaoke en autobuses públicos es algo que también esta presente en todos los países, hemos sufrido varios viajes de varias horas con la música tan alta que no se puede ni hablar.
Ir caminando y escuchar que atrás tuyo alguien regurgita un pavo real y lo escupe muy cerca de ti, es de las cosas hermosas que nos da la vida a los que viajamos. No importa el sexo ni la edad para este hobbie.
Hay días que los odias y otros días te caen bien, otros días los entendes y otros días te preguntas como pueden ser así.


Estas son algunas de las cosas que hacen que un dia de calor insoportable en la ciudad se vuelva un poco agobiante. Por esos motivos decidimos despedirnos del Sudeste Asiático, descansando  en una de esas playas paradisíacas, de aguas transparentes y sobre todo tranquila antes de volar a la locura de India.

Asi fue que llegamos a Koh Rong. Una isla en el mar de Tailandia de unos 78 kilómetros cuadrados todavía no tan explotada por el turismo, con playas espectaculares de arena blanca y agua transparente. En busca de tranquilidad nos fuimos del sector turístico lo mas rápido que pudimos. Para eso tuvimos que caminar 40 minutos entre la selva hasta llegar a “Long beach” una playa de 7 km de longitud.
 

La playa paradisíaca que nos había pintado Yanni, un Griego muy macanudo que conocimos al bajarnos del ferri, se parecía más a un basural que a un paraíso. No es que la playa no fuera linda, pero el hecho de estar literalmente rodeado de basura no hacía del lugar algo muy atractivo.






Era eso o bancarse a todos los borrachos del otro lado.  Así que decidimos quedarnos.
Yanni nos había contado que había un complejo de bungalós abandonados y que probablemente nos podíamos quedar a dormir ahí. Cuando llegamos dimos una vuelta por el lugar y daba toda la impresión de que hacia tiempo había quedado en el olvido. A muchos de ellos le faltaban las escaleras, otros tenían los techos agujereados y nidos de termitas que de a poco comían la madera.
 

Para sorpresa nuestra había sido comprado por una mujer camboyana que estaba viviendo en uno de los bungalós.  Después de hablar con ella y ver uno que estaba en “buenas condiciones”se nos ocurrió la idea de que podíamos ayudarla limpiando la playa a cambio de que nos dejara quedarnos gratis.

Ella estaba viviendo sola hace cuatro meses, esperando que su novio volviera de Finlandia para ayudarla con la remodelación del lugar. Mientras tanto para ganar algo de dinero y cuidar que no robaran las cosas de valor, cocinaba para los turistas que venían a pasar el día a la playa. Por eso es que no tenía tiempo de hacer otras cosas y le pareció una buena idea que nos quedásemos ya que también íbamos a estar comprándole comida  y haciéndole compañía además de ayudarla.
 




Así que ese primer día empezamos con la recolección. En la cena le preguntamos qué era lo que hacía habitualmente con la basura y nos comentó que la quemaba cuando los turistas no estaban. La idea de juntar basura para amontonarla y prenderla fuego no era lo que teníamos en mente y de ahí fue que nos pusimos en contacto con el Centro de Conservación de la Isla.


Arreglamos que ellos pagarían el bote para transportar la basura de la playa donde estábamos, a la playa principal y de ahí el ferri se encargaría de llevarla a tierra.




A medida que pasaban los días nos encariñábamos más con el lugar y con nuestra nueva amiga. Los atardeceres eran de una belleza incomparable, todos los días era un nuevo espectáculo. Daba ganas de quedarse a vivir ahí. 







Fuimos limpiando de a zonas y la verdad que para el segundo día era mucho más agradable estar en la playa. Algún que otro turista se interesaba y nos preguntaba qué era lo que estábamos haciendo. Un día tres chicas se ofrecieron a ayudarnos y además de alegrarnos mucho, hicimos un gran progreso.  







La mayor parte de la basura obviamente provenía del mar y el resto eran desperdicios que la gente (turistas y locales) iban dejando.


Aquí en Camboya y en la mayoría de los países del Sudeste Asiatico no hay una educación con respecto a la basura. Aquí tiran todo en cualquier lado ya sea en la calle o en el mar.

Estaría bueno que las empresas responsables de producir todo tipo de material no biodegradable se encargasen de reciclar o re-usar los residuos de sus productos y así reducir la contaminación y el gasto de energía innecesario.


El 95% de lo que juntamos era plástico, el resto  vidrio y aluminio. Aquí en el Sudeste asiático y en la mayor parte del mundo se consume mucho más plástico que otros materiales gracias a la extracción barata de petróleo. Este material puede ser práctico y económico hoy en día, pero lamentablemente la mayoría del plástico que se produce termina amontonado en algún lado, en el suelo o en los océanos, ríos y mares contaminando la biodiversidad de los mismos.      

       
 

Hoy en día nos basamos en una sociedad que es totalmente dependiente del petróleo y no tenemos una visión de un futuro sustentable. Nos estamos preocupando por el hoy sin pensar en el mañana. De manera que el día en que no sea más rentable extraer petróleo la humanidad va a sufrir consecuencias debido a la dependencia de este recurso no renovable.


Tenemos un mundo hermoso que nos da todo lo que precisamos. Paremos con la contaminación y la destrucción. Como humanidad no tenemos futuro de esta manera. Busquemos cooperar, integrar y no segregar. Seamos el cambio que queremos ver. 







Adictos al plástico (Documental) doblado al español:
http://www.youtube.com/watch?v=vTr-EYg61GM